lunes, 30 de mayo de 2016

3 mentiras que podrías creer sobre la Iglesia católica

... y cómo corregirlas



Theresa Noble, aleteia
A menudo los enemigos de la Iglesia no odian a la Iglesia; sólo odian aquello que, erróneamente, creen que es la Iglesia (Fulton Sheen).

Estoy convencida de que hay algo verdaderamente diabólico detrás de la ira que engendra las críticas contra la Madre Teresa. Hace poco escribí un artículo en defensa de la Madre Teresa contra las mentiras sembradas sobre ella e, inevitablemente, la sección de comentarios se llenó rápidamente de ataques desagradables y maliciosos contra Teresa de Calcuta. Dejé de mirar los comentarios después de unas cuantas visitas desafortunadas.

Lo sorprendente es que hay pocas críticas contra la Madre Teresa que no estén repletas de vitriolo y odio sin adulterar. Hay artículos mucho más objetivos y serenos entre los que critican la gestión de la Iglesia de la crisis de abusos sexuales (algo mucho más merecedor de rabia, en cualquier caso), que entre los que critican a la Madre Teresa. Es directamente perturbador.

La Iglesia tiene bastante en su pasado que es digno receptor de críticas, pero lo que más a menudo evocan los “académicos” y la gente corriente son manidas mentiras antihistóricas. Después de la experiencia antes mencionada, me pregunté, ¿qué otras cosas cree la gente simplemente porque la ascendente cultura anticristiana (con profundas raíces en el fanatismo anticatólico) insiste en establecerlo como cierto?

Aquí tienes algunas mentiras sobre la Iglesia católica que tú mismo o alguien que conozcas habrá llegado a creer alguna vez:

  1. ¿Fue Pío XII el “papa de Hitler? Tras la Segunda Guerra Mundial, los tributos al papa Pío XII inundaron el Vaticano, incluyendo por parte de varias organizaciones judías. Era objeto de admiración casi universal por sus esfuerzos para ayudar a los judíos durante la guerra. Pero esta marea de sentimiento popular empezó a cambiar en la década de 1960 a causa de una obra de teatro que fue vista en el mundo entero, titulada El Vicario y escrita por un protestante alemán. En la obra, el papa Pío XII es representado como un villano codicioso completamente indiferente a los apuros de los judíos. En 1999, el libro superventas El papa de Hitler, acusaba al papa Pío XII de ser un antisemita confabulado con Hitler. Ambas obras, El Vicario y El papa de Hitler influyeron considerablemente en la concepción general que se tenía de Pío XII. La pregunta de si este papa pudo o debió haber hecho más está abierta a debate, pero el altísimo nivel de críticas que ha recibido es considerado en general, entre aquellos que se molestan en investigar, como una manifiesta e injusta falacia. (Más información: fuente judíafuente católica).
  1. ¿Fueron las Cruzadas terrorismo católico? El presidente estadounidense Barack Obama abrió este cajón de los truenos (o lo reabrió por enésima vez) cuando comparó las atrocidades de Daesh con las Cruzadas, insinuando, básicamente, que la carnicería actual es una respuesta a la defensiva contra un patrón de agresión que comenzaron los cristianos. Una serie de historiadores indicó que la comparación era imprecisa, en primer lugar porque las Cruzadas eran defensivas. Además, el intercambio de papeles con los musulmanes como las víctimas de las Cruzadas es relativamente reciente, obra de los mismos musulmanes de Al-Qaeda y Daesh. La Historia es compleja y las Cruzadas no son una excepción. Hubo atrocidades en ambos bandos. Pero cuando las personas se precipitan con las simplificaciones, se suben al carro de blanco o negro con la bandera de “Vilipendiemos las cruzadas” y definen a los musulmanes como víctimas continuadas de la agresión cristiana, se suben al mismo carro de ciertas personas muy desagradables que usan este mito para justificar una violencia espantosa. Por descontado, claro está, que no es riguroso. (Más información: 4 mitos de las Cruzadas; por qué se equivoca Obama; contra las apologías de las Cruzadas; el caso contra el caso contra las Cruzadas).
  1. ¿Está la Iglesia católica en contra de la Ciencia? Si preguntas a la gente qué le viene a la cabeza al pensar en Iglesia católica y ciencia, la mayoría responderá: “¡Galileo!”. La Iglesia católica no consigue dejar atrás del todo esta controversia, a pesar del hecho de que la ciencia le debe tantísimo a la Iglesia y a los científicos católicos. Además, la controversia con Galileo es (sorpresa, sorpresa) un poco más complicada de lo que la mayoría cree. En cualquier caso, amigos, la Iglesia católica no esanticiencia. ¿La teoría del Big Bang? Fue idea de un sacerdote. ¿Gregor Mendel, pionero de la genética? Monje agustino. Y la lista sigue y sigue. Resumiendo, este asunto es totalmente falso, pero es una mentira que sigue perdurando y que gana tracción rápidamente, tal y como demuestra esta recientemetedura de pata de la periodista estadounidense Katie Couric, sorprendida ante lo “progresista que es la Iglesia por querer entender la ciencia” (El mito de la irracionalidad católica, ¿Una guerra entre ciencia y religión?).
Obviamente, ésta no es una lista detallada de las mentiras y la desinformación que circulan sobre la Iglesia Católica. Pero yo misma, que solía poner los ojos en blanco cuando mi padre teólogo defendía las Cruzadas, sé de primera mano cómo la cultura predominante puede cambiar la forma en que miramos a la Iglesia. Y depende de nosotros llegar a los hechos verdaderos. Lo más probable es que los hechos aporten nuevos y mejores matices a nuestras opiniones y nos ayuden a defender a la Iglesia de los ataques simplistas.

Si tienes interés en aprender más sobre estos temas, el sociólogo e historiador estadounidense Rodney Stark escribió un libro recientemente con el título deBearing False Witness: Debunking Centuries of Anti-Catholic History [Dar falso testimonio: Refutando siglos de historia anticatólica]. En este libro, el autor corrige algunas de las mentiras sobre la Iglesia católica que se han abierto camino dentro de la historia común gracias a personas que él denomina “distinguidos fanáticos”. En una cultura en la que el anticristianismo está en alza, el resto de nuestros hermanos y hermanas cristianos harían bien en seguir los pasos del Doctor Stark. Porque, nos guste o no, en la cultura secular, un cristiano es un cristiano, y no hay espacio para mucha más distinción.

Por último quiero añadir que, en mi defensa de la Iglesia, no pretendo abogar por defender lo indefendible. No hay necesidad de hacer borrón y cuenta nueva con la historia de la Iglesia.Tenemos esqueletos en nuestro armario, es un hecho. Ninguna institución dirigida por el ser humano durante tantísimos siglos puede escapar de la acumulación de escándalos y pecados. Pero en esta cultura que ataca cada vez más a nuestra fe, los católicos no tenemos que dejarnos pisotear cada vez que alguien arremeta contra la Iglesia con argumentos simplistas y estereotipados. No hay ningún pasaje en la Biblia que diga que los cristianos tengamos que ser felpudos. No se trata de ponernos histéricos con la defensa de la verdad, sino de señalar concepciones erróneas, aunque sea sólo para corregir las mentiras que se propagan tan rápidamente.

¿Con qué mentiras sobre la Iglesia te has encontrado y cómo has respondido?

viernes, 27 de mayo de 2016

Venezuela: “Oliver se fue a jugar al cielo”

El niño había pedido quimioterapias y medicamentos
durante una protesta por la salud en Venezuela

VENEZUELA, Caracas: Oliver Sanchez, 8 years old, suffering from leukemia, holds a placard which reads 'I want to heal. Peace and health', next to National Guards, during an anti-government demonstration held by health-related personnel and medicine students against the shortage of medicines, including for serious illnesses such as cancer, and underpayment, in Caracas, on February 26, 2016. - CITIZENSIDE/ANDREA HERNANDEZ


Ramón Antonio Pérez, aleteia
“Oliver se fue a jugar al cielo. Se acabó la angustia, el dolor físico, las necesidades. Dios, concede fortaleza a su familia. Y a nosotros como país, Oliver nos dejó ese cartelito que sostenía en sus manos: ‘Quiero curarme, paz, salud'”.

Esta fue una de las muchas y emocionadas frases que llegaron a los grupos de noticias en las redes sociales, dando cuenta del fallecimiento del niño Oliver Sánchez  Berroterán la noche del 24 de mayo, en una clínica de Caracas, Venezuela.

¡Cuantas manitos hay en nuestro país pidiendo lo mismo!”, se lamentaba la activista de FacebookMyriam Altuve Solórzano, quien daba la información sabiendo que el 22 de mayo se había publicado un post enAleteia en el que Oliver fue presentado como el rostro de la salud en Venezuela.

Esta foto en el momento de su publicación era dramática, hoy es una bofetada a este sistema de gobierno”, escribió con fuerzas Myriam rechazando las obstrucciones de Nicolás Maduro para impedir que a Venezuela llegue la “ayuda humanitaria”, como lo han pedido la Iglesia y otras organizaciones defensoras de los derechos humanos.

Los padecimientos de Oliver estaban vinculados a un linfoma no Hodgkin que lo mantuvo varios días recluido en la Clínica Loira (privada) al no conseguir cupo en los hospitales públicos de Caracas, todos saturados de pacientes con diversas enfermedades y en condiciones sanitarias deprimentes.
En noviembre pasado se conoció su enfermedad, y sus padres, conscientes de la escasez de medicamentos, los solicitaron reiteradamente por internet.

Aunque alguno llegaron, no fueron suficientes debido la alta demanda que existe en el país.

Oliver comenzó a ser conocido el 27 de febrero de este año, cuando se presentó a un centro del gremio de la salud en Caracas. Causó sorpresa al verlo ataviado con un tapabocas y portando un cartelito que decía: “Quiero curarme, paz y salud”.

Sin embargo, esta vez, la muerte llegó primero, sembrando de dolor a sus familiares, amigos y dando a conocer con más dramatismo la triste realidad de Venezuela.

Juega libre Oliver, ya no necesitas la mascarilla… juega”, comentó finalmente la compungida Myrian Altuve Solórzano, que sin conocer personalmente a este niño, como millones de personas quedó impactada por la triste noticia.

 

Un gay ¿nace o se hace? Ocho estudios sobre gemelos monocigóticos rompen la idea del gen homosexual


Un gay ¿nace o se hace? Ocho estudios sobre gemelos monocigóticos rompen la idea del gen homosexual
La campaña de PFOX afirma lo que los estudios científicos sugieren:
no existe el llamado gen homosexual

¿Por qué algunas personas sienten atracción 
por el mismo sexo? La pregunta plantea un 
dilema al lobby gay en su intento de marcar 
la agenda política y cultural. Si esa atracción 
es sobrevenida y obedece a una amplia 
diversidad de causas personales y familiares 
posteriores al nacimiento, tendrían que dar 
la razón a quienes proponen la posibilidad de 
su reversión, hoy satanizados como 
supuestamente homófobos. Si esa atracción
 tiene un origen genético, los homosexuales 
quedarían singularizados ya desde la vida 
intrauterina con un marcador ineludible que
choca con la evidente finalidad biológica de 
perpetuación de la especie de la función sexual, 
algo que rompería con la idea de normalidad 
que se esfuerzan por difundir y favorecería la 
intolerancia de los homófobos reales.


Un reciente artículo de Lupo Glori en 
Corrispondenza Romana aborda la cuestión 
guiándose exclusivamente por los 
estudios científicos sobre los supuestos 
orígenes genéticos de la atracción por el mismo
 sexo:

Gay, ¿se nace o se hace? La fatídica pregunta acerca de la existencia de un presunto gen gay innato vuelve de vez en cuando, si bien hace tiempo que este interrogante ha recibido respuestas amplias e inequívocas. No hace mucho, la cuestión fue planteada de nuevo por una organización americana de ex gays llamada PFOX [Parents and Friends of Ex Gays and Gays, Padres y Amigos de Ex Gays y Gays], cuando a finales de 2014 promovió enRichmond, capital del estado de Virginia, una amplia campaña publicitaria para dar a conocer los datos científicos reales sobre la homosexualidad.

La campaña de PFOX en Virginia ("Nadie nace gay")
 creó una gran polémica en todo el país.

En particular, dichos datos hacen referencia a distintos casos de gemelos monocigóticos, perfectamente idénticos, que sin embargo difieren en sus tendencias sexuales. Existen por lo menos ocho importantes estudios científicos llevados a cabo sobre gemelos idénticos en Australia, los Estados Unidos y en Escandinavia durante los dos últimos decenios que demuestran que los homosexuales no nacen homosexuales.

Ninguna significación estadística
El doctor Neil Whitehead, que tras haber prestado servicio durante 24 años como investigador científico para el gobierno de Nueva Zelanda y haber trabajado para las Naciones Unidas y la Agencia Internacional para la Energía Atómica, desempeña hoy el cargo de asesor en algunas universidades japonesas, subraya el irrelevante papel de la genética en la elección de la orientación sexual, al afirmar: «Como mucho, la genética es un factor secundario». Los gemelos monocigóticos derivan de una única célula huevo fecundada, es decir, son nutridos en condiciones prenatales iguales y comparten el mismo patrimonio genético.

El doctor Whitehead considera irrelevante la
predisposición genética en la atracción por el mismo sexo.

De aquí deriva que si la homosexualidad fuera una tendencia innata, establecida por los genes, dicha atracción debería ser idéntica en los gemelos monocigóticos. Como observa efectivamente el Dr. Whitehead: «Puesto que tienen ADN idénticos, deberían ser idénticos al 100%». Sin embargo, dicha hipótesis es desmentida por la realidad de los hechos que afirman que «si un gemelo idéntico tiene atracción por el mismo sexo, la posibilidad de que su gemelo tenga la misma atracción es sólo del 11% para los hombres y del 14% para las mujeres, aproximadamente». El Dr. Whitehead concluye, por lo tanto, excluyendo categóricamente que la homosexualidad pueda depender de factores genéticos: «Nadie nace gay. (…) Los factores predominantes que crean la homosexualidad en un gemelo idéntico y no en el otro deben ser factores post-parto».

Según este especialista, la atracción hacia el mismo sexo está determinada por «factores no compartidos», hechos que suceden a un gemelo pero no al otro, o por una reacción personal distinta ante un acontecimiento específico por parte de uno solo de los gemelos. La pornografía, los abusos sexuales, un ambiente familiar o escolar particular: todos ellos son elementos que pueden influir de manera distinta en uno de los gemelos respecto al otro. Un gemelo puede no ser capaz de interactuar socialmente como el otro gemelo, teniendo así una sensación de soledad que podría llevarlo a la necesidad de ser aceptado por un grupo de personas; y, en algunos casos, dicho grupo se convierte en una comunidad LGBT. De hecho, según el doctor Whitehead, «predominan estas respuestas individuales e idiosincrásicas a ciertos acontecimientos casuales o a factores ambientales comunes».

Estudios coincidentes
El primer estudio serio y profundo sobre gemelos monocigóticos fue llevado a cabo en Australia en 1991, seguido por otro gran estudio americano en 1997. Hoy, el instrumento principal para la investigación biomédica, según el especialista, son los registros nacionales sobre gemelos: «Los registros de gemelos son la base de los estudios modernos acerca de los gemelos. Ahora son muy amplios y existen en muchos países. Por el momento se está proyectando un gigantesco registro europeo del que formarán parte 600.000 miembros, pero uno de los más grandes actualmente en uso está en Australia, con más de 25.000 gemelos registrados».

Tres obras de referencia sobre la cuestión: Comprender y sanar la homosexualidad e Hijos gay, padres heterosexuales,
de Richard Cohen, y 
¿Puede tener esperanza el homosexual?, de Petro Trevijano.

En 2002, la pareja de sociólogos americanos Peter Bearman (Universidad de Columbia) y Hannah Brueckner (Universidad de Yale) publicaron un estudio (Opposite-sex twins and adolescent same-sex attraction [Gemelos de sexo contrario y atracción por el mismo sexo en adolescentes]) que incluyó a 5.552 parejas de gemelos de los Estados Unidos, evidenciando que la atracción por el mismo sexo entre gemelos idénticos era común sólo en el 7,7% de los hombres y el 5,3% de las mujeres. La misma investigación examinó el cambio de orientación sexual durante el curso de la vida, observando cómo la mayor parte de estos cambios, que tuvieron lugar por vía "natural" más que terapéutica, estaban dirigidos hacia una heterosexualidad exclusiva: el 3% de la población heterosexual afirmó haber sido en el pasado también bisexual u homosexual. Al final dichos datos hicieron emerger un dato curioso según el cual el número de personas que han cambiado su orientación sexual hacia una heterosexualidad total resulta más alto que la cifra actual resultante de sumar bisexuales y homosexuales. En otras palabras, concluye Whitehead, «los ex gay superan en número a los gays actuales».

De nuevo, la realidad le da con la puerta en las narices a la ideología. La loca y tendenciosa investigación de los activistas LGBTQ sobre la existencia de un codiciado gen gay que afirmaría la normalidad de la homosexualidad se debe detener bruscamente ante los indiscutibles datos concretos que certifican claramente que la homosexualidad no tiene nada de genético o natural. Más que de "gen gay" sería correcto hablar de "virus gay"; de hecho, si nadie  nace con el gen de la homosexualidad todos, y en particular las jóvenes generaciones, están en riesgo de ser contaminados por la ideología de género impuesta como diktat ético por la mentalidad cultural dominante.

Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).


Psiquiatra René Flores le dice a César Hildebrandt:
 "La homosexualidad es una enfermedad"



René Flores Agreda es médico cirujano, especialista en Psiquiatría y Doctor en Medicina. Ha sido jefe del departamento de Psiquiatría de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y director del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado–Hideyo Noguchi. Fue presidente de la Sociedad Peruana de Sexología 

Más información: Homosexuales: Dios los ama, la Iglesia los abraza. ¡Vivan ustedes también la castidad! Y...¡Se puede curar!


jueves, 26 de mayo de 2016

¿Qué puede enseñar la advocación: «Santa María, ama de casa» a los maridos perezosos?




María Belén Andrada, catholic-link
 ¿Sabías que existe una advocación mariana especial para las amas de casa? ¡Pues la hay! Recientemente, en mi país (Paraguay), se bendijo la imagen la Virgen Ama de Casa, la cual ahora se encuentra en la Catedral de Asunción. Me pareció una buena idea que miremos – y tomemos como ejemplo – a María que, como Madre de Dios, hizo del hogar de Nazaret eso: un hogar. Y si no solo que la miremos como ejemplo las mujeres, sino también los esposos que quieren hacer familia. 
Acá va lo que nos puede enseñar:

1. A recobrar el sentido de hacer familia

casa
Primero quiero recordar que el trabajo –profesional o el del hogar– no es un fin en sí mismo. Por tanto, es necesario poner amor en cada actividad que se desempeña, para que las tareas del hogar se conviertan en un servicio a la familia. Suena tan obvio, pero es una verdad tan nublada, tan olvidada… ¡y es imprescindible! Porque, si no se lo tiene en cuenta, es fácil dejarse abrumar por el cansancio, el desgano, el rechazo al sacrificio.
Pasa que en la actualidad se ha perdido en gran medida el sentido de familia. Como consecuencia, también los hogares se ven lastimados. Refrescando la mirada, redescubriendo el significado del don de sí, de la entrega, de la fidelidad en los detalles, de la plenitud del amor, la educación en virtudes y el crecimiento y desarrollo de las familias como Iglesia doméstica que son, también cambia la óptica con la que vemos el trabajo del hogar y entendemos lo valioso que es.
«El corazón es tan voraz como el estómago; cuando no se le da un verdadero amor se llena de cualquier cosa» (Francisco Fernández Carvajal, La tibieza).

2. A valorar y dignificar el trabajo de la mujer

amadecasa

Hoy, mientras se busca ensalzar el rol de la mujer en la sociedad, generalmente se citan como ejemplos a las que ocupan cargos de alta gerencia o directivos. No digo que sea un error, porque si la vocación de una la lleva a esos puestos y los desempeña cara a Dios, puede hacerlos muy bien y hacerse muy santa. Pero, me pregunto, mientras se analiza el papel que desempeña la mujer bajo un criterio así … ¿qué importancia se da a las que han decidido ser amas de casa?
¿Son menos las que han decidido quedarse en sus hogares? ¿Se valoran poco, por dejar de lado otras aspiraciones nobles? Nada más falso. No importa la tarea que se realice, sino el amor con el que se lleve a cabo. De esta manera, no hay trabajos más importantes; lo importante es si lo que se hace nos ayuda a amar mejor a Dios y a los demás, es decir, si nos acerca a la santidad.  Por tanto… ¡hay que valorar más las tareas del hogar!
Volvamos de nuevo la mirada a la Santísima Virgen, a la cual la revista National Geographic el año pasado llamó «la mujer más poderosa». No lo hizo porque ella ostentara un aparatoso curriculum profesional, pero sin ser CEO de ninguna corporación y cuidando de la casita de Nazaret, se cumplió lo que preveía cuando recitó el Magníficat: «me llamarán bienaventurada todas las generaciones».

3. A ser serviciales (¡porque lo son bien poco!)

tareas
Cuando el ángel transmitió su embajada a la Santísima Virgen, sin tiempo para asimilar esa gran noticia, «salió corriendo» hacia la casa de su prima. ¡Qué gesto más maternal! De la misma manera, podemos verla atendiendo las necesidades de los novios en Caná, como ama de casa atenta y como madre que se preocupa del bienestar de todos.
Pero aunque tenemos la gracia de toparnos con ejemplos como estos, podemos contemplar en la oración los múltiples detalles de la vida de María, que no encontraremos en los Evangelios, que han permanecido en silencio, ocultos, pero que podemos vislumbrar (¡porque es lógico que así haya ocurrido!). Por ejemplo, preparando las comidas para el Niño Jesús y San José, manteniendo arreglado y bien dispuesto cada rincón de la casa de Nazaret, buscando agua del pozo, remendando túnicas…
Muchas veces el día a día de las amas de casa tienen lugar de la misma manera: pasan ocultos. Quizás llegan los hijos, acostumbrados a que la comida esté sobre la mesa, o el marido no se sorprende de encontrar una camisa planchada. En estos casos, cuando los deberes son tantos y el reconocimiento escaso, se puede acudir a Ella y preguntarle «¿cómo lo hiciste…?». Y procurar imitarla. Sobre todo su sonrisa, que seguro era imborrable mientras desarrollaba estos quehaceres.
«María debe ser la fuente de nuestra alegría; ella, que fue la maestra en el servicio gozoso a los demás. La alegría era su fuerza, ya que sólo la alegría de saber que tenía a Jesús en su seno podía hacerla ir a las montañas para hacer el trabajo de una sierva en casa de su prima Isabel» (Madre Teresa).

4. A llevar con paz una tarea titánica

maria
Puedo ver a muchas madres de familia llevar con entereza y serenidad una labor que parecería desesperante. ¿Nunca se desesperan? Tampoco es eso, pues, aunque se ponga amor en lo que uno hace, eso no quita lo que algunas veces puede doler; uno puede aceptar e identificarse con lo que entiende que es bueno, con lo que ve que es lo mejor, con lo que sabe que es Voluntad de Dios, y aun así tener que beberse las lágrimas. Las madres han sabido hacerlo. La mismísima Madre de Dios lo hizo: «una espada atravesará tu corazón», profetizó a la Santísima Virgen el anciano Simeón. Y ocurrió, mientras observaba a su Hijo, solo, desnudo, abandonado por sus amigos, sufriente en la más humillante muerte. Pero no desesperó, sino que se unió a la Voluntad de Dios y siguió acompañando de cerca a Jesús, junto a la cruz.
¿Cuántas madres no hacen lo mismo? Conozco casos heroicos, donde uno parece ya no ver salida y la respuesta humana más lógica es perder la paz. Para estos casos, mi mamá una vez me dijo algo similar a que Dios no nos pide más de lo que podemos darle. Esta confianza, ¿de dónde viene?
Si se permanece cerca de Dios, como Santa María que estuvo junto a Jesús, al pie de la Cruz, si se procura mantener el corazón limpio– limpio de desalientos, de incredulidades, de afanes desordenados–, como hizo Ella, que lo tenía repleto de un verdadero Amor, se repetirán las palabras que dijo San Pablo a los filipenses:
«regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos; sino sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».

5. A pedir consejo

consejos
A la hora de bendecir la imagen de la Virgen Ama de Casa, el arzobispo emérito de Asunción recordó que María se encuentra permanentemente en los hogares y protege a sus miembros. Con estas palabras, apremió a todos que acudamos a Ella, desde su advocación como Ama de Casa, para que siga teniendo protagonismo en los hogares cristianos y que estos busquen a Dios.
Cuando se es madre o padre primerizo ¡cuántas veces llamamos a nuestra mamá! cada cinco minutos para preguntar qué hacer, cómo, a qué hora, cada cuánto… hasta que se equivoca, aprende y gana experiencia. De la misma manera, hay que ver en María una gran aliada.¡También es Madre de ellas, también sacó adelante un hogar! Además, si los consejos de las madres son buenos… ¡qué consejo y qué ayuda, los que nos da nuestra Madre del Cielo! Por lo tanto, nuestra Madre del Cielo es ayuda no solo para las madres, sino para todos los miembros de la familia que quieren hacer de ella, un hogar lleno de amor.

Vea también: No hay nada más atractivo que ver a mi esposo limpiando. Carta de una esposa enamorada

martes, 24 de mayo de 2016

El Papa en Sta. Marta: El camino a la santidad necesita valentía, esperanza, gracia y conversión



Santa Marta verde

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).
 Moverse hacia la santidad quiere decir “caminar en la presencia de Dios de forma irreprensible”. Así lo ha indicado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada en Santa Marta. Un compromiso que necesita un corazón que sepa esperar con valentía, interrogarse, abrirse ‘con sencillez’ a la gracia de Dios.
La santidad no se compra ni se gana con las mejores fuerzas humanas. Así, el Papa ha explicado que “la santidad sencilla de todos los cristianos”, “la nuestra, la que debemos hacer todos los días”, es un camino que se puede recorrer solo si la sostienen cuatro elementos imprescindibles: valentía, esperanza, gracia, conversión.
Durante la homilía, el Pontífice ha comentado el pasaje litúrgico de la primera Carta del apóstol Pedro, la que define como “un pequeño tratado de santidad”. La santidad es “caminar en la presencia de Dios de forma irreprensible”.
De este modo, ha precisado que “la santidad es un camino, la santidad no se puede comprar, no se vende. Ni siquiera se regala”. La santidad –ha aseverado Francisco– es un camino en la presencia de Dios, que debo hacer yo: no puede hacerlo otro en mi nombre. “Yo puedo rezar para que otro sea santo, pero el camino debe hacerlo él, no yo”, ha recordado.
A continuación, el Santo Padre ha propuesto una serie de palabras que nos enseñan cómo es la santidad de cada día, esa santidad anónima.
La primera es “valentía”.  Por eso, ha explicado que “el Reino de los Cielos de Jesús” es para “aquellos que tienen la valentía de ir adelante”. Y la valentía es movida “por la esperanza”. Segunda palabra que lleva a la santidad. La valentía que espera “en un encuentro con Jesús”.
Después está el tercer elemento, cuando Pedro escribe: “poned toda vuestra esperanza en esa gracia”.
Recordando que la santidad no podemos hacerla solos, el Santo Padre ha subrayado que la santidad es una gracia. “Ser bueno, ser santos, ir todos los días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y debemos pedirla”, ha precisado.
En esta línea, Francisco ha invitado a leer el capítulo 11 de la Carta a los Hebreos. Cuenta el camino “de nuestros padres, de los primeros llamados por Dios” y cómo ellos fueron adelante.
Por otro lado, ha indicado que Pedro en su carta subraya la importancia de un cuarto elemento. Así, indica que cuando invita a sus interlocutores a no conformarse con los deseos de un tiempo, les estimula esencialmente a cambiar desde dentro el propio corazón, en un continuo trabajo interior.
El Pontífice ha explicado en su homilía cómo es la conversión de todos los días. Conversiones pequeñas. “Si tú eres capaz de no hablar mal de otro, estás en el buen camino para hacerte santo”, ha asegurado. Por eso ha invitado a “morderse la lengua” cuando tengamos ganas de criticar al vecino o al compañero de trabajo. Se hinchará un poco la lengua –ha bromeado– pero vuestro espíritu será más santo en este camino.
Finalmente, el Papa ha recordado que el camino de la santidad es sencillo. Y ha animado a los presentes a “no volver atrás sino ir siempre hacia adelante” y con fortaleza.

sábado, 21 de mayo de 2016

Cómo hablar de Dios hoy





-Le voy a dar unos consejos, mi querido amigo, porque ha perdido usted muchas oportunidades de hablar de Dios a personas conocidas y no tan conocidas, a vecinos y familiares, a los amigos y a los enemigos, a clientes y pasajeros.

El monje ha aparecido vestido de monje en el jardín de la parroquia. Las flores alaban a Dios con sus colores y su perfume, y el verde de los árboles canta a la esperanza. Yo no sé de dónde ha salido el monje.

-En primer lugar, simplemente, hable de Dios. Diga, por ejemplo: Dios existe y te ama. Te ama tanto que Jesús, que es Dios, dio su vida por ti. Es suficiente. Es una Verdad de Fe. Por lo tanto, es una palabra de Vida. Por lo tanto, actúa por sí misma una vez ha sido sembrada en el alma de quien la ha escuchado.

-Pero, si digo eso, se van a reír de mí. O me van a insultar. O me van a despedir con malos modos. O me van a decir que me vaya con ese cuento a otro. O se van a meter con los curas, con la Iglesia y con las riquezas del Vaticano.

-Mejor.

-¿Mejor? ¿Cómo que mejor?

El monje suspira. Eleva sus ojos al cielo. Pasea, después, la mirada por las flores del jardín y termina observándome compasivo.

-Mejor si se burlan de usted. La palabra de Verdad y de Vida que usted ha sembrado tiene tal poder que actuará, ya se lo he dicho. Porque todos vivimos en esa Verdad y en esa Vida. Recuerde a San Pablo: “En Él somos, nos movemos y existimos”. Su interlocutor también, naturalmente. Y, convénzase, Dios obrará más bien en su alma y en la del otro con esa vergüenza suya de revelarle –y con el consiguiente oprobio-, que si usted hubiera convencido con maravillosos argumentos a lo Chesterton: su soberbia crecería hasta límites infernales. Y Dios no le quiere a usted en el infierno.

-Entonces, ¿solo tengo que hablar de Dios?

-Solo. Pobremente. Esperando el rechazo y la burla. Y la agresión, quizás. Así han actuado los santos. A esto se le llama tener Fe en la Palabra. Y no en la buena figura de usted, claro. Y en su “maravillosa” capacidad dialéctica. Y en su rebuscada oratoria. Moisés o Jeremías eran tartamudos. Y san Pablo reconoce que no hablaba muy bien, “insignificante” se llama a sí mismo cuando se compara con la energía que, por la Gracia de Dios, transmiten sus cartas.

-Pero es que yo soy un gusano cobarde y comodón.

-Como los apóstoles. Nada raro. Usted no es más cobarde que Santo Tomás Moro o Santa Juana de Arco. Usted es un vanidoso que no confía en el Espíritu. “Mis palabras son Espíritu y Vida”. No es usted el que actúa, es Él. Coincide que Él es, recuerde: Él es, la Palabra. Eterna, omnipotente.

-Yo...

-¿Lo ve? “Yo”. Es lo primero que dice usted: yo. Cuando debería ser lo último. Destierre la palabra “yo” de su vocabulario. Olvídala. Olvídese de usted.

Y el monje se acerca a unas rosas blancas. Y las acaricia y las huele. Y sonríe.

-A nadie se le ocurrirá fabricar el robot de una rosa. No sirve para nada y remite al Paraíso. Satán no quiere ver una flor ni siquiera virtual. Las flores podrían salvarles. Pero dudo de que sus contemporáneos caigan en ello.

-Para eso está usted.

-Pobre de mí. No me ven.

-¿No?

-No. Mire: se acerca el párroco. Se cree que está usted loco porque habla solo. Y tiene que cerrar la parroquia para ir a comer.

El monje se pierde detrás del olivo y del ciprés. Y ya no lo veo más.

-Dios le ama, mosén.

El monseñor menea la cabeza, me agarra por el brazo y me acompaña a la salida.


La Columna del #CoronelPakez 21 mayo 2016

martes, 17 de mayo de 2016

“Truco” para rezar (y vivir) el Rosario más intensamente

Para que la persona de la Virgen María no parezca tan "alejada" de la vida real



Como católico que soy, María es mi debilidad.

Siempre que necesito pedir refuerzos para tomar el cielo por asalto, ella es sin duda mi mediadora favorita.

aunque soy capaz de concebir perfectamente en mi mente que María es un ser humano como yo, a veces en mi corazón siento como si estuviera en una categoría muchísimo superior a la mía y me cuesta imaginar cómo podría ser capaz de entender lo que sucede en mi día a día. De ahí que el Rosario me haya traído confort a raudales en incontables momentos de intenso sufrimiento, pero que también me haya dejado con la sensación de estar, en ocasiones, muy lejos de María.

Gracias a Dios, como soy un hípster de lo católico en búsqueda constante de las rarezas más alucinantes de nuestra fe, me topé con una oración meditativa alternativa que ha supuesto para mí un giro de 180 grados: el Rosario Servita o Rosario de los Siete Dolores; justo lo que necesitaba.

Este Rosario tiene su origen en la Orden de los Servitas y se centra en los Siete Dolores de la Santísima Virgen María. (Nota: vea la profecía del anciano Simeón:  Luc_2:35  — «¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!— a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»).

El viaje en el que te embarcas a medida que pasas las cuentas del rosario por tus dedos te acerca profundamente a la Santa Madre de Dios, para que te acompañe en tu vida. 

El Primer Dolor: La profecía de Simeón
Pocos días después del nacimiento de mi primer hijo, pasó una noche extremadamente difícil que culminó en una visita urgente a nuestro médico. Una vez allí, nos dieron la abrumadora noticia de que lo iban a ingresar en el hospital para que pasara la noche en observación. Escuchar estas palabras fue algo aterrador.

La Biblia no documenta ninguna de las batallas de Jesús con las enfermedades de la infancia, pero sí registra como Simeón le cuenta a María que su bebé sería “puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel” y que su propia alma, la de María, sería atravesada por una espada de dolor por su causa. Desde luego, María sabe de los temores de los padres.

El Segundo Dolor: La huida a Egipto
¿Has vivido alguno de esos momentos en los que te encuentras solo o sola en el frío, ya sea literal o emocionalmente? ¿Esos momentos en los que sientes que eres una persona no grata, incluso entre tus amigos y familiares más próximos, simplemente porque tus pisadas te llevan en una dirección diferente? María ha pasado por lo mismo: aislada y sin más amarra que el consuelo de Dios, de su marido y de su hijo.

El Tercer Dolor: La pérdida del Niño Jesús en el templo
Piensa en esa repentina pinza en el estómago, ese vertiginoso miedo que sientes cuando pierdes de vista a tu hijo o hija en un espacio público, aunque sea sólo durante unos segundos, seguido de ese vacío y esa culpa que reemplazan inevitablemente el pánico una vez que averiguas dónde está. Seguramente sólo fue un momento de nada, pero los remordimientos perduran:“¿Cómo he podido ser tan descuidado?”. María ha pasado por lo mismo, y con creces.

El Cuarto Dolor: El encuentro de Jesús y María en el camino del calvario
Al ser profesional de la salud mental, he ofrecido mi apoyo a padres a la hora de enfrentarse a la situación de sus hijos: a darse cuenta de que sus hijos aún no han tocado fondo y no están listos para recibir la ayuda necesaria, a la hora de verse forzados a dejarles marchar, a permitir que tengan la libertad de fracasar por completo con la esperanza de poder volver a levantarse renovados.

La confrontación en estos casos es muy dura, porque es aterrador y desgarrador sentirse impotente frente a los problemas de un hijo. No hay nada peor. María sabe lo que significa ser testigo impotente del dolor en los ojos de su hijo. Así que no existe mejor compañía que la suya cuando llegan terribles momentos de este tipo.

El Quinto Dolor: La crucifixión
¿Has tenido que soportar alguna vez el insoportable e indescriptible dolor de perder a un hijo o una hija, por muerte, distanciamiento o pérdida? Ella está ahí, llorando a tu lado.

El Sexto Dolor: El descenso del cuerpo de Jesús
A todos nos llega ese día; el día del sufrimiento más oscuro, cuando debes enfrentarte a algo y cargarlo sobre tus hombros, algo tan pesado que crees que no podrás seguir adelante; un día en el que no hay nada más que un dolor lacerante y un futuro que parece vacío y sin sentido. María, tras recibir el frágil cuerpo ensangrentado de su hijo, lo entiende.

El Séptimo Dolor: La sepultura de Jesús
Todos conocemos el final. “En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor, yo he vencido al mundo”. Jesús gana, es cierto.
Y aun así lo olvidamos; hacemos conjeturas sin parar sobre si algún día llegará un final feliz.

Muertes, preocupaciones financieras, abortos espontáneos, problemas maritales, dificultades laborales… Es difícil encontrar esperanza en medio de tan arduos momentos y lo único que queremos es rendirnos.
María debió de sentirse igual mientras sostenía el cuerpo de su hijo después de que lo bajaran de la cruz. Si sabía o no en ese momento que la Pascua de Resurrección venía de camino no es seguro, lo que sí sabía y entiende mejor que nadie es lo difícil que le puede resultar a nuestros corazones ver más allá del Viernes Santo.

Con razón, María puede parecer que está tan por encima de nosotros que queda fuera de nuestro alcance, pero si nos tomamos un momento para reflexionar sobre lo que padeció durante su vida, empezaremos a ver con claridad que de verdad entiende todo lo que estamos padeciendo nosotros. El Rosario Servita me ha ayudado a verlo con claridad y a confiar en que, si persisto, ella vendrá gustosamente a tomarme de la mano para guiarme de vuelta a casa lo que me quede de camino.


Tommy Tighe es un hipster católico, esposo y padre de cuatro hijos

sábado, 14 de mayo de 2016

Los evidentes beneficios de la oración en las personas La ciencia avala con datos la famosa frase «familia que reza unida, permanece unida»

Los evidentes beneficios de la oración en las personas

La ciencia avala con datos la famosa frase «familia que reza unida, permanece unida»
Las familias que rezan juntas tienen una mejor relación entre sus miembros

El sacerdote Patrick Peyton, ahora en proceso de beatificación, instauró la famosa frase que decía que “familia que reza unida, permanece unida”. La oración como garantía contra las asechanzas del demonio que pretende destruir la institución de la que sale la vida.

Esta conocida cita se ha visto confirmada por distintos estudios científicos, que han llegado a la conclusión de que las familias que rezan juntas están más unidas, son más felices y por consiguiente viven mejor. Estos informes centrados en la relación entre religión y psicología son muy concluyentes en este aspecto.
Una vida religiosa seria que incluya la oración repercute en una mejor salud mental y aumenta también el éxito escolar, mejora el autocontrol, aumenta la esperanza de vida, reduce la delincuencia así como la ansiedad y la depresión.

La oración en familia mejora la salud y reduce el estrés

Clay Routledge, profesor de Psicología en la Universidad Estatal de Dakota del Norte ha recogido la literatura científica publicada al respecto y ha llegado a la conclusión de que la oración, y más en familia, ayuda a ser más paciente convirtiendo a las personas en más tolerantes con respecto al entorno más cercano. Además, tal y como recoge UCCR, tiene ventajas por las que muchas personas pagan a profesionales: mejora la salud y reduce el estrés.


“Hay una evidencia que indica que la oración, un comportamiento asociado a la religión, puede ser útil para los individuos y para la sociedad”, agrega este profesor universitario. Este estudio no entraba en los aspectos teológicos sino en los efectos que la práctica religiosa y la oración tiene en las personas y cuyas consecuencias son beneficiosas no sólo para el alma sino también para el cuerpo.

Y no son cosas imposibles. Si una familia pasa un rato unida rezando, durante ese tiempo no está enganchada a la televisión, al móvil o la tablet provocando una mayor interacción entre los miembros de la familia.

Los niños y adolescentes también salen beneficiados

Un estudio centrado en los adolescentes estadounidenses realizado por el departamento de Sociología de la Universidad de Carolina del Norte, llegó a la conclusión de que los niños cuyos padres rezan juntos tienen una mejor relación con ellos aunque los pequeños no hayan participado en ese momento de oración. La paz que generan se transmite también a los niños.


Igualmente, otro informe de la Universidad Estatal de Florida también incidía en los efectos positivos que la oración genera en una pareja puesto que aumenta la confianza mutua entre ellos.

La oración, también clave en la enfermedad

Los efectos de la oración son muy visibles en las personas, no sólo a la hora de unir a la familia sino para afrontar acontecimientos difíciles como la enfermedad o la muerte. Qué se lo digan a Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina en 1912, que se convirtió en Lourdes cuando provenía de un ateísmo radical. Y lo que más le llamó precisamente la atención fue la oración. Esta es su reflexión sobre los efectos de la oración en las personas:


“Cuando la oración es habitual y verdaderamente ferviente, su influencia se hace muy clara. Consiste en una especie muy clara. Consiste en una especie de transformación mental y orgánica. Esta transformación se opera de manera progresiva. Se diría que en la profundidad de la conciencia se enciende una luz. El hombre se ve tal como es. (…) Poco a poco se produce un apaciguamiento interior, una armonía de las actividades nerviosas y morales, una mayor resistencia frente a la pobreza, la calumnia, las preocupaciones, y una mayor capacidad de soportar sin desfallecer la pérdida de los suyos, el dolor, la enfermedad, la muerte. Así, el médico que ve un enfermo que se pone a orar puede alegrarse. La calma engendrada por la oración es una poderosa ayuda para la terapéutica.

La oración no puede compararse con la morfina puesto que la oración determina, al mismo tiempo que la calma, una integración de las actividades mentales, una especie de florecimiento de la personalidad. A veces, heroísmo. La pureza de la mirada, la tranquilidad del porte, la serena alegría de la expresión, la virilidad de la conducta y, cuando es necesario, la simple aceptación de la muerte del soldado o del mártir, traducen la presencia del tesoro escondido del espíritu”.
ReL